Mientras los medios le dedican horas exhaustivas al control de precios en los supermercados, aunque a veces parece que no, ayuda; nadie le dedica un párrafo al sector más golpeado: el inmobiliario.
Junto con las novedades que protegen al consumidor en los supermercados, la Secretaría de Comercio hizo otros anuncios menos publicitados pero igual de importantes: el listado de precios comprende un listado de 28 productos que implica a 16 proveedores en el convenció de precios cuidados, para materiales de la construcción.
Desde que se produjo el problema de la restricción para la compra de dólares, que afectó a las operaciones inmobiliarias, las inversiones que pudieron hacer los argentinos, se volcó hacia la compra de materiales.
Paradójicamente eso mantuvo el precio de los materiales a un monto razonable y mientras el mercado de la vivienda usada pasaba por su peor momento, el de las viviendas en obra, cobraban impulso.
Lo que benefició, por otro lado, los emprendimientos de edificios nuevos, que pudieron continuar con la construcción y amoldarse a las reglas refugiándose en modelos económicos protegidos como los Fideicomisos.
El acuerdo con la Secretaría de Comercio es que haya precios de referencia, lo que no es una garantía en sí misma, sino una forma de informar un piso, para que el público en general tenga cómo saber si les están cobrando precios razonables.
Por ahora, el acuerdo implica Capital Federal y Gran Buenos Aires, se espera que el resto de las provincias se sumen al esfuerzo, con el entendimiento que esto implica domesticar un tipo de negocio, corralones, distribuidores de material de la construcción, en el que siempre se han manejado de forma independiente, con una variación de precios sin que sea demasiado transparente.
El rubro de la construcción se administra, usualmente, no por el costo en sí mismo, si no el destino; se sabe en los planes de obra del estado siembre hubo ciertos sobreprecios, y la razón es que el estado es un poco imprevisible a la hora del pago.
Según el comunicado oficial, hubo consenso entre los interesados e involucrados en el proceso de formación de precios de materiales de construcción, lo que permitiría a los ciudadanos comunes acceder a precios inferiores a los actuales.
Las intenciones parecen buenas, los controles estatales, dicen, serán trimestrales, veremos de hoy a tres meses si se ha mantenido esta política, lamentablemente los compradores estamos acostumbrados a señalar el incumplimiento de estos convenios y a no ver nunca retrotraer precios.
Los consumidores estamos escépticos.